domingo, 24 de octubre de 2010

Simulacro 11 - Sur, Sal, Sol (ejercicio: transmutación a poema)

Ventana del tamaño de un rostro,
luces encendidas largas horas al sur.
Forrada de blanco Granada,
tachonada de cuerpos negros
y ramas asfixiadas
hasta la lengua del glaciar
Albatros.

Cabezas de ojos
tras gris bufanda 
niñez rara vez vista
cruza la niebla sólida
por humeantes calles
hasta la puerta de la casa de
pantallas y altavoces puerta de
velas y cascos en la noche
tecnología hi ber nan te.

Elipse por su pasado
sola
por su futuro elipse
órbita
copada de basura inútil
sordo el negror finalmente
aún ardiente por dentro La Tierra,
luego podredumbre crónica;
sin solución propia y sin voz.

El sol se apaga
dejando millones de años de evolución orgánica
en la retina negra y ciega del cosmos.
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II.

Ventana del tamaño de un rostro.
Forrada de cálida madera la casa,
luces largas horas encendidas.
Barcos de velas secas henchidas a la fuerza
mimadas por secos labios
de cascos nuevos
ni rastro de algas, conchas, sal.

La superficie acuosa cede a las manos
y a las nevadas cumbres que se sumergen
les siguen los codos seguidos
del resto del cuerpo
hacia la profundidad.

Traga hasta saciar la sed.

Astro encendido de largos alfileres
que ensartan las palmas
y corpúsculos que arrastran el cuerpo
luego absorbido
por el Heliozoo orgulloso
que manda en las aguas quietas.

La esfera vesicular precipita
de su pecho el aire y emerge
en un bravo mar de cuerpos inclinados:
velámenes   mástiles               cascos
rotos   caídos astillas.
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III.

Lisboa se aprieta
tratando de retener el calor
robado por la desembocadura,
la sal y el río teñidos
de hielo que resbala
de cetáceos suspendidos
de aletas ateridas en garfios
amarrados a brazos
en grandes grúas, algunas 
dispuestas sobre buques oxidados.

Junto a la torre de Belem
llena su panza de vitualla
para un viaje al futuro
            último
rayo solar
(intemperie intemporal
pondría)

Botellas de oporto vacías
y velas fundidas
fundidas con la madera maltrecha
por los ecos de las risas
ya sin firmeza ni se despiden
de cabezas enredadas lacadas en sal.
Fusión de figuras
helada su esperanza.

El mar es un criatura
pesada alfombra espesa
de la que gigantes barbas y aletas se alzan
creando olas redondas perfectas
que reverberan a la ténue energía
mo no cro ma tic
armonía para monocordes cantos,
el gemir de la madera,
el tensarse de los cabos,
el soplar de las ballenas.
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IV.

Muy lejos
el orbe se posa en las aguas
que se apartan y se elevan
de olas cristalizadas cubriéndole
como pétalos.

El sol se apaga
dejando
millones de años de evolución orgánica

en la retina

negra

y ciega

d e l c o s m o s.